Diario Río Negro

Menos pumas, zorros y rapaces = más ratas y hantavirus


Cada país tiene básicamente tres tipos de riqueza: la material, la cultural y la biológica. Entre ellas, la riqueza biológica es tomada con frecuencia con menor interés, lo que constituye un grave y a veces irreparable error estratégico.

La diversidad biológica, de cualquier nación o región, junto con su territorio, constituye la herencia natural que sustenta y en parte caracteriza la vida de un pueblo, por lo que debe ser motivo de preocupación nacional. Por otro lado, es una fuente actual y potencial de recursos económicos, destruirla es comprometer el destino de las generaciones futuras.

Los sistemas depredador-presa son inestables y tienden a desarticularse fácilmente cuando hay perturbaciones que alteren, aunque sea levemente, el sistema por la caza indiscriminada, sin conocimiento científico de sus poblaciones. A causa de su posición en la cima de las cadenas tróficas, los carnívoros y las rapaces son indicadores confiables de la salud de los ecosistemas terrestres.

Los carnívoros (puma y zorros) y las aves rapaces (águilas y lechuzas) han sido siempre importantes reguladores de las poblaciones de roedores (ratas y ratones) y lagomorfos (liebres y conejos) que pueden convertirse en plagas.

Los dos grupos de depredadores indicados han alcanzado una importancia clave dado su efecto regulatorio sobre roedores silvestres (principalmente los colilargos), reservorios de hantavirus, que genera en los humanos un cuadro de insuficiencia respiratoria conocido como síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) que, en gran proporción de los casos, ha causado la muerte de los pacientes.

La región andina de Chubut, Río Negro y Neuquén es una zona endémica en relación a la presencia de hantavirus porque habita el ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus Bennett, 1832), que actúa como reservorio del virus Andes, agente etiológico del síndrome pulmonar por hantavirus (SPH).

La dieta de Oligoryzomys se caracteriza por ser granívora durante las estaciones más secas, mientras que durante las estaciones húmedas consiste en flores y follaje y ocasionalmente algunos artrópodos. Estudios previos ya habían encontrado asociación entre las capturas de colilargo y la abundancia o cobertura de rosa mosqueta. Además, estudios de dieta registraron que el fruto de rosa mosqueta es el ítem alimenticio más consumido por el colilargo a lo largo de casi todo el año. Durante el período de florecimiento de una caña, llamada quila (Chusquea quila) en Chile o la caña colihue (Chusquea culeou) en Argentina, se ha reportado un dramático incremento en las poblaciones del colilargo.

Caza indiscriminada

Si bien las poblaciones de pumas, zorros y rapaces no revisten un grado de gravedad en cuanto a la supervivencia de la especie, se encuentra en un estado que calificaríamos de “complicado”. En efecto, en gran parte de la Patagonia se los persigue por atribuirles la matanza de ejemplares jóvenes de ganado ovino. Esta situación ocurre desde hace mucho tiempo y para combatirlo se recurre a distintas formas que van desde la caza incentivada por los gobiernos provinciales, las trampas y hasta el uso de sustancias altamente tóxicas, que matan a las aves rapaces.

Según datos del Ministerio de la Producción de Chubut, durante el 2017 se cazaron 5.000 zorros colorados y al menos 250 pumas, como lo publica el diario “La Jornada”. Se paga un precio estímulo por depredador cazado: 300 pesos por piel de zorro colorado y 1.000 pesos por puma.

La ley provincial de Río Negro 763/72 declara plaga, sin ningún estudio previo, a pumas y zorros, e incluso paga un incentivo económico actualizado para el productor que lo cace de 3.000 pesos por cueros de puma cazados y 700 los de zorro.

Las biólogas Nora Ibargüengoytía y Carolina Morales del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma), institución de bipertenencia entre el Conicet y la Universidad Nacional del Comahue (UNC), descalificaron y cuestionaron la decisión del gobernador Alberto Weretilneck de promover “la caza de pumas y zorros como plaga” y recordaron que esas especies autóctonas “juegan roles importantes en los ecosistemas” y contribuyen al control natural de otras invasoras como la liebre y roedores.

Conclusión

El primer problema de la especie humana es que se considera superior a las demás y con derecho a apropiarse de animales y plantas a su gusto para hacer con ellos lo que desee.

La falta de depredadores y otras condiciones favorables pueden producir un gran aumento de la población de una cierta especie animal como los ratones colilargos. La sobrepoblación de esta especie produce daños a la salud de las personas hasta la muerte, económicos (ejemplo: disminución del turismo, comercio) y alteración al medio natural.

El filósofo y escritor peruano Ricardo Paredes Vassallo expone en su libro titulado “La plaga humana” que los seres humanos estamos destruyendo el planeta real para construir uno irreal, que pueda satisfacer nuestros retorcidos deseos, y así nos va.

Presidente (*) y vicepresidente (**) de Asociación Amigos de los Parques Nacionales (AAPN), expertos en Comisión Mundial de Áreas Protegidas (WCPA) y de Comunicación y Educación (CEC) y en Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN)

Los carnívoros (puma y zorros) y las aves rapaces (águilas y lechuzas) han sido siempre importantes reguladores de las poblaciones de roedores (ratas y ratones) y lagomorfos (liebres y conejos) que pueden convertirse en plagas.
Publicado en Diario Río Negro  www.rionegro.com.ar/columnistas