INIBIOMA en los medios

“Las hormigas inventaron la agricultura antes que los seres humanos”

  Alejandro Gustavo Farji-Brener es investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA) y lidera el Laboratorio de Investigaciones en Hormigas (LIHO) en el Instituto.


Lo afirma el reconocido biólogo Alejandro Farji-Brener. Investiga desde hace 34 años sobre las diferentes especies de hormigas y sus ambientes en un instituto del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, en la ciudad de Bariloche.

Ya desde pequeño, Alejandro Gustavo Farji-Brener se interesó por los insectos. Cuando terminaba su carrera como biólogo en la universidad, contactó a un profesor que estudiaba ecología de comunidades para hacer su tesis final. Dentro de los temas propuestos por el docente, eligió a las hormigas como tema de estudio e investigación. Las hormigas y sus particularidades sorprendentes cautivaron su atención desde hace ya 34 años.

“Conocí la historia natural de las hormigas cortadoras de hojas y usé esa información para responder preguntas más generales. Trabajar con ese grupo de hormigas fue una mezcla de azar y de interés”, contó a RIO NEGRO el doctor Farji-Brener, quien es ahora investigador principal del Conicet y profesor del Centro Regional Universitario Bariloche (Crub).

Las hormigas cortadoras de hojas son las que llevan las hojas hacia el nido y siguen caminos generalmente bien formados. “Son bastante sencillas de ver”, dice Farji-Brener, al tiempo que reconoció que tienen características que le resultan atractivas, como el uso de senderos para transportar alimento.

Actualmente, Farji-Brener lidera el grupo Laboratorio de Investigaciones en Hormigas del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma), que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue. Es uno de los expertos en hormigas reconocidas a nivel mundial. Recientemente fue consultado por el diario The New York Times de los Estados Unidos.

P:- ¿Por qué decidió estudiar a las hormigas?

R:- Desde chico, me gustaron los insectos. Son animales que uno puede agarrar, tocar y experimentar. Siempre me llamó la atención la organización social que poseen. Viven en sociedades y uno puede observar diferentes castas morfológicas, cómo construyen nidos, etcétera. El universo de las hormigas es super amplio. En general, parte de los hormigueros son estructuras visibles y en su interior habitan cientos de miles o millones de hormigas, dependiendo de la especie. Uno puede responder preguntas generales al estudiar las hormigas, a través de observaciones, haciendo comparaciones y realizando experimentos. Lo que más me gustan son los experimentos que se pueden hacer en la naturaleza sobre la interacción entre las hormigas y otros organismos.

P:- Se abocó a las cortadoras de hojas: ¿en qué lugar están en la región de Bariloche?

R:- Hay una sola especie de cortadora de hojas en Bariloche (Acromyrmex lobicornis) que está en la región más seca. Si se sale desde Bariloche hacia Neuquén, hay muchos hormigueros sobre las costas del río Limay. Más cerca de Neuquén son muy abundantes en los ambientes del Monte Patagónico. En realidad, esta clase de hormigas no se come las hojas sino que las usan para cultivar un hongo en sus hormigueros, el cual es la fuente de proteínas para alimentar a las larvas y pupas. En este sentido, las hormigas cortadoras de hojas “inventaron” la agricultura millones de años antes que los seres humanos. Como todo proceso de cultivo, se generan muchos desechos orgánicos que son depositados en cavidades internas o sobre la superficie del suelo, dependiendo la especie. Justamente uno de mis proyectos estudia el manejo de esos desechos.

P:- ¿Qué experimentos ha realizado en Bariloche?

R:- Trabajé mucho estudiando la relación entre los hormigueros y plantas exóticas, como los cardos. Las modificaciones al suelo que conlleva construir un hormiguero, junto con la acumulación de los desechos orgánicos, facilitan el establecimiento y la reproducción de cardos. Pude comprobar que los cardos crecían mucho más alrededor de los basureros de los hormigueros, que lejos de ellos, generando ‘supercardos’. La causa es que estos basureros de los hormigueros son ricos en nutrientes, cómo fósforo, nitrógeno y potasio, funcionando como fertilizantes naturales. Entonces, cualquier planta cercana puede aprovechar ese exceso de nutrientes. Pero las que más “sacan ventaja” son las plantas exóticas de rápido crecimiento. Confirmamos esas observaciones al realizar experimentos en invernadero.

Tras realizar una maestría en ecología tropical en Venezuela y terminar su doctorado en la Universidad de Buenos Aires, el doctor Farji-Brener realizó varias pasantías en el Smithsonian Tropical Research Institute y dictó cursos de ecología en Costa Rica. Por eso, casi todos los veranos, suele viajar a ese país y Panamá, donde lleva a cabo experimentos con otras especies de hormigas.

“En la Patagonia hay una sola especie de hormiga cortadora de hojas en cercanías de Bariloche. Pero en los trópicos hay más abundancia de especies, en particular, las del género Atta, con nidos gigantescos y senderos muy bien formados donde circulan muchísimas hormigas. Cada especie y ambiente brinda un modelo para responder distintas preguntas”, explicó.

P:- ¿Por qué las hormigas no crecen o cambian el cuerpo cuando va pasando el tiempo?

R:- A diferencia de otros organismos que crecen con el tiempo, las hormigas nacen con el tamaño que tendrán toda su vida. Las hormigas presentan etapas de huevo, larva, pupa y adulto. El ingreso de proteína que determina el crecimiento se da mayoritariamente en las etapas de larva. Por lo tanto, cuando salen de la pupa con la forma de hormiga que conocemos, ya no van a crecer más porque su alimentación proteica concluyó.

En el caso particular de las hormigas cortadoras de hojas, como adultas, solo consumen un poco de la savia de las hojas que cortan (sería como la gasolina que las mantiene activas), pero no proteínas del hongo que cultivan, la cual se usa exclusivamente para alimentar a las larvas. En resumen, del tamaño que “nacen” como hormiga, ahí se quedan para siempre.

Una sociedad organizada pero sin líder central

Hormigas cortadoras de hojas. Usan las hojas para cultivar un hongo que les sirve para alimentar a las larvas

 

La especialización y la separación de las tareas vinculadas con diferentes tamaños de las hormigas son un ejemplo clásico de la organización social. El investigador Alejandro Farji- Brener contó que en las cortadoras de hojas existen diferentes “castas” que realizan trabajos específicos, como las nodrizas que cuidan a los huevos, larvas y pupas; las “jardineras” que se especializan en cuidar el cultivo de hongos; las “obreras” que son las que salen a recolectar las hojas y, los “soldados” que transportan cargas muy pesadas y realizan funciones de defensa de la colonia.

También, a veces, hay una casta de hormigas que solo trabajan en los “basureros” o acumulaciones de desechos orgánicos. A veces, son una casta especial y otras veces, ese trabajo lo realizan las obreras más viejas. Todos estos trabajos están interconectados como en toda sociedad. Sin las obreras no ingresarían hojas al nido. Esas hojas son empleadas por las jardineras para el cultivo de hongos. Esos hongos son usados por las nodrizas para alimentar a las larvas. Es un trabajo en conjunto y coordinado importante, aunque no existe un control central ni nadie que dé órdenes.

La comunicación es fundamental entre las hormigas para lograr la coordinación de tareas y la vida en grupo. “Lo interesante es que se logra sin un control central. La colonia no tiene un jefe, ni nadie que dicte órdenes, sino que cada individuo se comporta dependiendo de lo que sucede a su alrededor. La “reina” solo pone huevos, pero no determina quién hace las tareas ni cómo ni cuándo. En algún sentido, es una sociedad anarquista que logra coordinación y comportamientos colectivos complejos sin control central. De hecho, las hormigas se emplean para conocer cómo funcionan otros sistemas descentralizados, como las redes neuronales o Internet”, comentó Farji-Brener.

Se ha encontrado que las hormigas reducen las desventajas que implica vivir en sociedades densas con muchos individuos. “Generan muchos residuos que son fuente de patógenos. Pero las hormigas poseen comportamientos específicos, como la especialización de tareas y disposición final de los desechos, que reducen esa probabilidad de contagio”.

 

 

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