La interacción entre hongos y pájaros carpinteros


Crédito:Mariano Diez Peña

Un estudio realizado como tesis de licenciatura en el Centro Regional Universitario Bariloche (UNCo, CRUB) fue publicado recientemente por Carla Pozzi, Mario Rajchenberg y Valeria Ojeda, e identifica que la excavación de cavidades realizadas por el carpintero gigante (Campephilus magellanicus) es facilitada por la acción previa de hongos que descomponen la madera de los árboles. Un tipo de interacción que aún no había sido explorada en ecosistemas de América del Sur.

Se ha reconocido que la dureza de la madera es una característica relevante de los árboles que son excavados por pájaros carpinteros para anidar y refugiarse. Esa dureza depende tanto de cuestiones intrínsecas de las especies forestales, como de la dinámica de los bosques (ej. recurrencia y tipo de disturbios) y principalmente de los organismos que promueven la descomposición, en particular de los hongos llamados xilófagos. Estos hongos son esenciales para el funcionamiento de los ecosistemas forestales ya que, junto a bacterias, invertebrados y otros organismos, descomponen la madera muerta, lo cual es vital en el ciclaje de los nutrientes y en la regulación de los stocks de carbono.

En este trabajo, realizado en bosques de Lenga (Nothofagus pumilio) del bosque Andino Patagónico, el cual es muy buen hábitat para el carpintero gigante, se buscó identificar 1) si la madera en los sectores del árbol seleccionados para la excavación de cavidades (nido o dormidero) estaba sana, o había sido previamente atacada por algún hongo xilófago, 2) qué especies de hongos eventualmente se presentaban, descomponiendo la madera, y 3) cuán confiable respecto de esos “precursores” de la excavación, resultaban las evaluaciones basadas en síntomas externos, tales como los cuerpos fructíferos de los hongos (estantes). Conocer si existen procesos y organismos facilitadores de la excavación resultaba de gran relevancia para el caso, ya que las cavidades realizadas por este pájaro carpintero se encuentran casi indefectiblemente en árboles vivos, muchas veces de gran porte y aspecto vigoroso.

 

Se accedió a 20 cavidades en construcción (“starts”) o recientemente culminadas, y evaluó el estado de descomposición de la madera alrededor de estas cavidades. El muestreo para la identificación de hongos potencialmente presentes en las paredes de las cavidades se realizó tomando pequeños trozos de madera mediante un barreno, extrayendo madera de 7 sectores de la cavidad. Para evitar contaminación cruzada por esporas o restos de tejido fúngico, el instrumental se esterilizó con alcohol y llama entre cada muestra. Las especies fúngicas fueron identificadas a posteriori a partir de los trozos de madera traídos al laboratorio, en base al comportamiento químico (reacción ante distintas sustancias testigo) y a la morfología de los cultivos (caracteres microscópicos identificatorios).

 

Todas las cavidades exhibieron madera friable al tacto, y de coloración anómala. En cultivo, se desarrollaron hongos xilófagos para 17 de las 20 cavidades, con cuatro especies identificadas: Stereum hirsutum (11 cavidades), Postia pelliculosa (7 cavidades), Nothophellinus andinopatagonicus (3 cavidades), y Aurantiporus albidus (una cavidad). Los cuerpos fructíferos subestimaron la presencia de estas pudriciones en las cavidades (detectadas mediante los cultivos), pero revelaron especies adicionales en los mismos árboles (Macrohyporia dictyopora y Laetiporus portentosus). En particular, resultó llamativo no haber aislado tejidos de este último, cuyos grandes estantes son los más frecuentemente observados en el sitio estudiado, incluso en asociación con cavidades de carpinteros (por ejemplo, el estante de la foto del artículo). Posiblemente, debido a que los tejidos leñosos atacados por esta especie suelen quedar en un estado muy avanzado en degradación, las chances de obtener aislamientos son escasas.

 

En síntesis, hubo una baja correlación entre estantes de hongos xilófagos, y especies aisladas de la madera, identificadas mediante los cultivos. Esto indica que las evaluaciones de la diversidad de hongos en los sustratos utilizados para la excavación por pájaros carpinteros deben basarse principalmente en cultivos a partir de sustratos de interés (ej., paredes de la cavidad) e idealmente en la extracción de ADN de especies fúngicas de esos mismos sustratos. Probablemente, casos como el de L. portentosus, que no desarrolló micelio en cultivos, podría haber sido detectado mediante técnicas moleculares que no estaban disponibles en el período del trabajo.

 

Asimismo, debido a que las comunidades de hongos en los Andes del sur son poco conocidas, los hongos descomponedores y sus roles en el desarrollo del ecosistema deben estudiarse en diferentes áreas de bosques, donde también se deben tomar muestras de árboles que no tienen cavidades para determinar si la excavación sobre determinadas pudriciones es selectiva, o bien se da en proporción a la disponibilidad de las pudriciones en el ecosistema.

INIBIOMA

Link al artículo https://doi.org/10.1111/efp.12634

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Sobre la investigación:

 

Carla Pozzi, Departamento de Conservación y Educación Ambiental – Parque Nacional Nahuel Huapi, Bariloche, Argentina.

Mario Rajchenberg, Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad Nacional de la Patagonia S.J. Bosco, Esquel, Argentina

Valeria Ojeda, investigadora de INIBIOMA (CONICET‐Universidad Nacional del Comahue), Bariloche, Argentina